martes, 29 de diciembre de 2009

MI CALLE

En esta foto que me ha enviado mi amigo Fonti estoy yo en mi calle en las matanzas, (la primera a la derecha, detrás cojiendome, mi amiga Isabel de los Reyes), y tambien hay personas muy queridas por mi.

En agradecimiento a José Delgado Catalino.

Hace algún tiempo vengo observando en el foro de Encinasola así como en Marochos que cuando se envían fotos de las calles del pueblo , siempre se deja a la mia de “lado”, debe ser porque es una calle pequeñita y pasa desapercibida.. no se.
Lo mismo que explico aquí, lo comenté en la cena de Marochos en noviembre en Huelva a José Delgado Catalino gran dibujante de las calles de Encinasola, y él se ofreció muy gustoso a hacerme un dibujo de la mía. Antonio Vaello le hizo la foto y se la envió lo cual le agradezco.
José estuvo trabajando en ello y esforzándose por hacerme un dibujo de cómo era la calle cuando yo era pequeña, y lo ha conseguido… pues el dibujo que ha hecho es exacto a como yo recuerdo mi calle hace cuarenta años, y quiero decir que le ha quedado preciosa y tendrá un sitio de honor en las paredes de mi casa.
Mi calle significó muchísimo para mi , en ella vivieron personas a las que quise mucho y enriquecieron mi vida. Por ejemplo; enfrente vivía Fulgencia y Leandro , recuerdo cuando en la puerta de su casa mataban los cerdos , a veces hasta mataban ocho de golpe, los ponían en fila en el suelo... Yo me levantaba temprano para ver como le cortaban el cuello para desangrarlos y después hacían fuego y le quemaban la piel para pelarlos, la calle se impregnaba de olor a piel quemada. Después me iba a su casa a ver hacer todo el proceso de la matanza. Y siempre me iba a mi casa con algún chorizito hecho por mí.
El hijo de Leandro, Antonio, tenia siempre aparcado su camión en mi calle y siempre que llegaba a cogerlo me encontraba a mi adentro, y en vez de reñirme me dacia .- Ana Mari no te bajes , te llevo “parriba” y me paseaba por el pueblo , a mí y a Isabel nos encantaba subir al camión. Un día le cortamos los cierres del capó que eran de goma para hacernos unas pelotas para jugar, cuando llegó y vio lo que había pasado , casi le da un ataque se enfadó muchísimo y creyó que lo habían hecho unos gamberros.. Uff menos mal… nunca le dijimos que fuimos nosotras, ya nos encargamos bien de esconder por un tiempo las pelotas de la goma , que por cierto botaban muchísimo.
Cuando Fulgéncia murió yo lo pase muy mal pues la quería mucho pero peor lo pasé cuando al poco tiempo murió Antonio… tan joven , recién casado y tan bueno que era para todos… lo quisimos mucho en mi familia.
Dos puertas más arriba de mi casa se encontraba el bar TABLÓN era de Leandro y siempre estaba lleno de gente. Leandro casi siempre me mandaba a mí a comprar el hielo para la nevera, estaba lejos la fabrica del hielo y me ponían el trozo en un saco, tenia que venir la calle del Campo abajo descansando pues pesaba, suerte que lo venia chupando y me refrescaba. Recuerdo que cada día iba a bar a comprar “un cuarto litro de vino blanco solera de la nevera” esas eran mis palabras.
Enfrente del bar vivía mi querida amiga Angelita, junto con su hermano Luis que nos gustaba a todas las amigas y que era muy tímido (ahora ya no lo es) , Hace poco coincidí con ellos en la feria de Encinasola y lo pasamos muy bien recordando viejos tiempos con toda su familia en el Hotel. En su casa que daba a la Iglesia de los Mártires se guardaba el “ carro de los difuntos” por cierto que era precioso , no se si hoy día e sigue empleando.
Mi recuerdo también a Rosalía y familia, otra de mis queridas vecinas.
Y después al lado de mi casa vivía Pedro… mi gran amigo Pedro Dorado, no sé que enfermedad tenía solo se que estaba invalido . No pasaba ni un solo día que yo no fuera a su casa a visitarlo y hacerle un poco de compañía, a veces le sacaba una silla a la calle y le decía que se apoyara en mi, él con una mano en la pared y la otra apoyada sobre mi hombro conseguía dar algunos pasos . Yo era feliz viéndolo esforzarse no se por que yo pensaba que podía hacer que caminase …. ¡ qué tontería ¡ .. pero lo cierto es que venia a mi casa dando pasitos agarrado de mi. y también lo llevaba al TABLÓN, se pasabas horas en una silla en la puerta del bar hablando con los vecinos ….Le quise muchísimo, recuerdo que cuando estaba en cama no dejaba que ninguna visita lo viese , pero cuando llegaba yo de seguida se levantaba o decía -.mamá déjala pasar.- Fuimos grandes amigos y nuestras familias se quisieron mucho.
Todos los vecinos de la calle se sentaban por la noche al fresco con las mecedoras y contaban sus cosas mientras nosotros los niños jugábamos al “hierro, topá en cruz, torito gacho, las cuatro esquina etc “ hasta altas horas de la madrugada.
Y como no hablar de las cigueñas que me alegraban cada día con sus cacareos, y de las golondrinas que hacian el nido dentro de mi casa... Podría pasarme horas hablando o escribiendo de este tema, otro día hablaré de la cigueña que curé en la fuentiña.
Gracias José … porque con tu dibujo tan bien hecho, has traído hasta mi esos recuerdo tan bellos que quisiera volver a vivir. Un abrazo.
Ana María.

3 comentarios:

Ana Mª Dominguez dijo...

Anónimo dijo...

Tu calle como bién dices es la que he tratado de quitarles lo nuevo y volverla a dejar como tu la recuerdas y yo me acuerdo, ya que nací en el Calvario y quella era mi "zona de juegos"
anulé lo construido nuevo, quite los azulejos sde los zòcalos, alguna ventana nueva, quité altura a algunas casas y empedrè la calle, quitè los acerados, puse un recuadro delante de tu puerta con alguna alegoría antigua, ademñas de baldosas blancas y negras y en el perfil de los mártires una lápida de recuerdo. mas o menos es así, me alegra que haya sido de tu agrado. Jose
2 de enero de 2009 08:24
Anónimo dijo...

Ana Mari:
ha sido para mi una sorpresa encontrar tu blog.
Me acordaba de ti vagamente por que hace muchos años que dejé Encinasola, al igual que tú. Recuerdo a tu madre y el telar.
Me ha gustado mucho tu relato de la calle yo tambien la recuerdo como tú. Y de Pedro yo tampoco se que enfermedad tenia, solo se que si no te hubieses ido del pueblo por supuesto que lo haces caminar, ! quién se iva a negar de caminar a tu lado ¡. Sigues con el cariño y la sensibilidad con la que te conocí. No cambies nunca. J.C.R.
2 de enero de 2009 08:56
Anónimo dijo...

¡Que bonita la calle de tu vida! Las cosas son como nosotros las vemos, o mejor dicho, como nosotros las sentimos. Y tu, que derrochas sentimientos nos has hecho llegar a ellos, a esa infancia feliz, en la que supistes disfrutar del entorno y sobre todo de la amistad.
Como genio y figura no cambian, sigues siendo la misma niña que fuistes¡Doy fe!
Un beso amiga.
Pilar
2 de enero de 2009 12:27
Anónimo dijo...

Que dulzura demuestras que has tenido y tienes,se te nota en tus escritos lo que añoras a tu pueblo, me encanta como redactas tu comentario sobre tu calle yo viví muy apartada de esa calle pero conocia a muchas de las familias que mientas, y digo como Pilar que gusta recordar lo de la infancia y mas leerlo de ti, gracias por contarnos tus gratos recuerdos y tus añoranzas, un beso Isabel
3 de enero de 2009 01:13
Anónimo dijo...

Decir que eres toda sentimiento ,creo que lo dicen los comentarios,anteriores yo solo puedo espresar mi admiracion eres toda poesia,
agua que se derrama y inunda como un balsamo todo lo que toca
siempre cerca de ti.
3 de enero de 2009 21:46
Anónimo dijo...

Precioso relato Ana. Creo que no se puede decir mas de lo que ya otras personas han escrito. Como siempre, resalta tu sensibilidad y añoranza por nuestra tierra.
Me ha gustado mucho.

J.M.
4 de enero de 2009 14:01
Anónimo dijo...

ana como olvidar esos tiempos que igual que tu lo vivimos muchos marochos que no estamos en el pueblo, pero esos recuerdos permaneceran con nosotros siempre.
Felicidades por tu relato que es un poco el recuerd
o de muchos marochos te quiero guapa.
6 de enero de 2009 20:17
Ana dijo...
El autor ha eliminado esta entrada.
7 de enero de 2009 08:07
Ana dijo...

Gracias a todos por vuetros comentarios y cariño.
J.C.R; no sé si te conozco, por tus iniciales no se quien eres.
Para el primer anónimo; gracias ... no te alejes.
7 de enero de 2009 08:13
Anónimo dijo...

Ana me han gustado mucho los recuerdos que tienes de tu calle, de tus vecinos, de tus juegos y de tu vida en el pueblo, lo has relatado tan bien que casi he podido verlo.
Besitos.
Carmen
8 de enero de 2009 23:53
Anónimo dijo...

Eres bonita, simpatica y zalamera.

Te queremos. Mari y Faustino

Besos, para todos.
25 de enero de 2

Anónimo dijo...

TU CALLE LA RECUERDAS Y LA RECORDARÁS, COMO RECUERDAS EL OLOR A PAN RECIEN COCIDO, COMO RECUERDAS EL OLOR A HUMO, SALIDO POR LAS CHIMENEAS. RECUERDAS EL OLEAJE VERDE QUE FORMA EL TRIGO CUANDO ESTA CRECIDO, LOS JUEGOS PROPIOS DE TU EDAD, LA CANCIÓN TARAREADA ALGUIEN QUE PUDIERA SER TU MADRE, EL TIMBRE DE UNA BICICLETA QUE ANUNCIABA DE ALGUIEN MUY QUERIDO Y ESPERADO CUANDO LLEGABA A TU PUERTA,LA CHARLA DE LAS VECINAS. COMO SON TANTOS LOS RECUERDOS, ESO NO LOS PUEDES OLVIDAR,Y SIENDO ASÍ, POR UN LADO LOS AÑORARÁS Y POR OTRO TE HARAN SENTIR UNA GRAN ALEGRIA.

Jesús dijo...

Ana Mari, me has regresado a cuando trabajaba en el taller de tu tío Antonio en la esquina de Los Molinitos, aunque aquello siempre lo he recordado; me acuerdo de Pedro Dorado, muy amigo de Quico "Bullo", los recuerdo a los dos cuando todavía Pedro podía andar, éste solía ir alguna vez al taller, se sentaba un rato a charlar, sobre todo con tu primo Antonio, después empeoró y apenas salía de casa. Recuerdo el entorno de tu casa y tu calle, de muchas cosas de las que narras, ten en cuenta que yo para ir y venir a casa pasaba por allí cuatro veces diarias, porque cogía por Los Molinitos, El Coso, Callejón de las Cruces y El poleo; eso lo hice durante dos años por lo menos, después fue el cambio y el taller pasó a la esquina de enfrente de Mateo el carnicero, allí estuve apenas un año. Es verdad, a mí me recuerdan cualquier cosa del pueblo y enseguida la enlazo con otras, fueron tantos años...